jueves, 7 de junio de 2012

...de los viajes de Gulliver a los demonios de Shakespeare y los monstruos de Goya...



 EL JUEGO DE LOS IDIOTAS


En realidad el partido comenzó el mismo día en el que decidí hacer acto de presencia en el campo de juego, aunque no fue en ese momento cuando comencé a ser consciente de que estaba jugando. 

Como un completo ignorante en la materia, yo que no tuve opción de elegir cuando, ni donde, ni con quien deseaba jugar, me vi arrastrado al campo de batalla.

Para mi todo era nuevo, desconocía  las reglas de juego, pero lo cierto es que me convertí rápidamente en uno más sobre el terreno de juego. Me enseñaron, aprendí de otros jugadores y cuando creía saber quien era, lo que quería y hacia donde me dirigía, las leyes del juego se pusieron en mi contra.

Ese día lo recordare durante  toda mi vida, fue sin duda un instante de dualidad en el que fui consciente del verdadero juego de los idiotas. 







Por un lado estaba ciego, seguía en la misma oscuridad que un día me vio nacer, como si nunca hubiera salido de ella, por otro lado había visto la luz, aunque solo había sido un destello fugaz, descubrí que no quería irme de este mundo del mismo modo en el que llegue a él.

El juego había cambiado por completo, de tener la peor de las jugadas,  de mortificarme día y noche pensando en mí, en mi vida y no viendo más allá de mi propio culo, ahora tenía en mis manos la carta precisa para ganar la partida.

El ángulo de visión del juego ya no era el mismo, ahora no me gustaba lo que veía a mí alrededor. Nada más que desastres ocupaban las páginas de los periódicos, la televisión llenaba los minutos de nuestras vidas de crueles pensamientos y visiones terroríficas, el materialismo avivaba los más ruines instintos animales, el poder ocupaba gran parte de la aventura de vivir, la justicia no existía y todo estaba completamente corrompido.

Entonces no tuve opciones, pero ahora si que las tengo y quiero jugar mis cartas en el juego de los idiotas.

La carta que tengo entre mis dedos es la que ves ante tus ojos. En  esta alocada sociedad, sentimientos de incomprendida soledad individual se agolpan, y la perdida del cuerpo es la única vía para darse cuenta de nuestra paulatina desaparición como especie.

Aceptamos esta perdida material mientras buscamos diferentes modos de verlo, no como una tragedia griega sino como un verdadero cambio que necesitamos todos.

El cambio se ha convertido ya en una necesidad, esta presente en todo lo que tenemos delante nuestro y se esta produciendo ahora mismo. No todo el mundo es consciente de ello, para millones y millones de personas es más sencillo mirar hacia otro lado,  o lo que es aun  peor, hacia su propio ombligo.

Por mi parte, miro de frente e intento jugar mis cartas desligándome de todo lo superfluo que me rodea. 

El cuerpo es solo materia, un reloj que no se detiene. Si tu cuerpo va desapareciendo a medida que  tu mente deja de escuchar el tic tac del reloj, lograras alcanzar tu meta.





No hay comentarios:

Publicar un comentario